Al pintor Ivan Konstantinovich Aivazovsky, natural de Crimea, le encantaba pintar el mar. Nacido en Feodosia, ciudad costera, le influyó enormemente al estar siempre viendo el mar. Este pintor ruso-armenio del siglo XIX tenía especial habilidad para pintar olas: luminosas y translúcidas, captan perfectamente la esencia de las olas reales. Muchos de estos cuadros muestran también un elemento humano, con barcos que representan la lucha entre el hombre y la naturaleza.
Durante su carrera, Aivazovsky pintó más de 6000 cuadros, la mitad de los cuales muestran el mar y los barcos. A menudo iba a observar maniobras navales e incluso pintó el asedio de Sebastopol. Aivazovsky tuvo gran reconocimiento incluso más allá del Imperio Ruso, recibiendo premios de Francia, Turquía y otros países.
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